–Fernando, ¿me ves más gorda?
Cuando tu pareja te hace esta pregunta sabes que digas lo
que digas, incluso si no dices nada estas perdido, no vas a salir indemne de
este asunto.
–Estás preciosa, mi amor –contesto. Es muy importante
desviar la atención de la pregunta original, es crucial nunca contestar la
pregunta…
–Eres un mentiroso, ya dime si me ves más gorda –ella
insiste.
– ¿Estas más morena? Te queda muy bien el
moreno –evado por segunda vez la cuestión principal.
–Deja de mentirme –ataca ella.
–Yo no te mentiría jamás… –afirmé y un instante después de
pronunciar la última palabra sabía que me había equivocado.
–Perfecto entonces, como tú nunca mientes, me vas a decir si
me ves más gorda –dice mi novia y sonríe, cree que me tiene acorralado, pero lo
peor es que yo creo que no.
–Pero, ¿qué te hace pensar que te ves más gorda, mi amor?
–pregunto mientras la sonrisa de Ana se desvanece, me he vuelto a escapar,
aunque esto aún no ha terminado.
–Aquí no importa lo que yo piense, lo que cuenta es como me
ves tú, te estoy pidiendo tu opinión –Ella empieza a perder la paciencia.
–Claro que importa lo que pienses tú, de hecho es lo único
que importa, lo principal es que tú te sientas bien –respondo y esta vez sonrío
yo, creo que he zanjado la cuestión – ¿Quieres que prepare algo de cenar?
–propongo mientras abro la despensa a ver que puedo preparar para cenar y
seguir con nuestra apacible vida pero cuando volteo a mirarla para preguntarle
si le apetece una pasta con aceite de oliva y espinacas, veo en sus ojos que en
algún momento crucé una línea de no debía y por más rápido que pienso tratando
de encontrar cual fue esa línea, sé que de alguna manera ya no importa.
–Por supuesto, que buena idea; vamos a cebar a la foquita a
ver si así se calla… –contesta al parecer furiosa. –La cuestión es que nunca me
dices lo que piensas, parece que soy un ogro con el que no se puede hablar,
cualquiera pensaría que me tienes miedo.
–Mi opinión es que estás preciosa, no eres un ogro y por
supuesto no te tengo miedo –Insisto.
Yo creo que hay veces en que a mi novia, como a muchas
mujeres, hay algo que le molesta, alguna situación, algo que han dicho mis
padres o que dije yo delante de los suyos, o que haya asistido a algún evento
que ella considera que debí haberle pedido que me acompañara y no lo hice, o
alguna persona, mujer para más señas, que ella considera que su trato hacia mí
es más cercano de lo que debiera de ser. Este tipo de cosas que ella preferiría
que no le molestaran pero que no puede evitarlo (El fin de semana anterior en
una comida en casa de mis padres, resulta que mi madre, mientras estaban solas
en la cocina, le dijo que estaba muy gorda, que debería cuidarse que aún era
muy joven para dejarse estar). Así que fabrica una situación en la que poder
desahogar su enfado.
–Pues tu madre no opina lo mismo, como si ella estuviera
para dar consejos –dice alzando la voz.
– ¿Mi madre? ¿Esto es por algo que te dijo mi madre? –pregunto.
–Si tu madre. Poco le falto para llamarme foca –insiste.
–Ya sabes cómo es ella, no sabe tener la boca cerrada.
–Perfecto, o sea que si estoy gorda pero sería mejor no
decirme nada –ataca furiosa.
–Yo no he dicho eso –me defiendo sabedor de que da igual lo
que diga, hoy duermo en el sofá. Aunque debería dormir en el sofá mi mamá, pero
ella está en su casa ahora mismo tan a gusto.
– ¿Ah no y que has dicho entonces?
–Mira mi amor, no estas más gorda, ya te dije que estás
preciosa, no hagas caso ya sabes que a mi mamá le encanta provocarte.
–Si claro ni modo que me digas tú también que estoy más gorda.
Bien, no les voy a hacer el cuento más largo, solo les diré
que ella terminó dando un portazo encerrándose en nuestra habitación. Yo esperé
un tiempo prudencial y después entré despacio con una flor de papel que
fabrique en la cocina mientras le daba tiempo a recomponerse, ella me miro y yo
mirándola a los ojos sin dudar, con la misma seguridad que el sol saldrá mañana
le dije: Eres la mujer más hermosa del mundo y cuando sonrió tímida me acerque
y la abrace. Ella me dijo muy despacio al oído: Entonces amor ¿estoy más
gorda?...

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