domingo, 16 de abril de 2017

¿Me veo más gorda mi vida?





–Fernando, ¿me ves más gorda?
Cuando tu pareja te hace esta pregunta sabes que digas lo que digas, incluso si no dices nada estas perdido, no vas a salir indemne de este asunto.
–Estás preciosa, mi amor –contesto. Es muy importante desviar la atención de la pregunta original, es crucial nunca contestar la pregunta…
–Eres un mentiroso, ya dime si me ves más gorda –ella insiste.
 –  ¿Estas más morena? Te queda muy bien el moreno –evado por segunda vez la cuestión principal.
–Deja de mentirme –ataca ella.
–Yo no te mentiría jamás… –afirmé y un instante después de pronunciar la última palabra sabía que me había equivocado.
–Perfecto entonces, como tú nunca mientes, me vas a decir si me ves más gorda –dice mi novia y sonríe, cree que me tiene acorralado, pero lo peor es que yo creo que no.
–Pero, ¿qué te hace pensar que te ves más gorda, mi amor? –pregunto mientras la sonrisa de Ana se desvanece, me he vuelto a escapar, aunque esto aún no ha terminado.
–Aquí no importa lo que yo piense, lo que cuenta es como me ves tú, te estoy pidiendo tu opinión –Ella empieza a perder la paciencia.
–Claro que importa lo que pienses tú, de hecho es lo único que importa, lo principal es que tú te sientas bien –respondo y esta vez sonrío yo, creo que he zanjado la cuestión – ¿Quieres que prepare algo de cenar? –propongo mientras abro la despensa a ver que puedo preparar para cenar y seguir con nuestra apacible vida pero cuando volteo a mirarla para preguntarle si le apetece una pasta con aceite de oliva y espinacas, veo en sus ojos que en algún momento crucé una línea de no debía y por más rápido que pienso tratando de encontrar cual fue esa línea, sé que de alguna manera ya no importa.
–Por supuesto, que buena idea; vamos a cebar a la foquita a ver si así se calla… –contesta al parecer furiosa. –La cuestión es que nunca me dices lo que piensas, parece que soy un ogro con el que no se puede hablar, cualquiera pensaría que me tienes miedo.
–Mi opinión es que estás preciosa, no eres un ogro y por supuesto no te tengo miedo –Insisto.
Yo creo que hay veces en que a mi novia, como a muchas mujeres, hay algo que le molesta, alguna situación, algo que han dicho mis padres o que dije yo delante de los suyos, o que haya asistido a algún evento que ella considera que debí haberle pedido que me acompañara y no lo hice, o alguna persona, mujer para más señas, que ella considera que su trato hacia mí es más cercano de lo que debiera de ser. Este tipo de cosas que ella preferiría que no le molestaran pero que no puede evitarlo (El fin de semana anterior en una comida en casa de mis padres, resulta que mi madre, mientras estaban solas en la cocina, le dijo que estaba muy gorda, que debería cuidarse que aún era muy joven para dejarse estar). Así que fabrica una situación en la que poder desahogar su enfado.
–Pues tu madre no opina lo mismo, como si ella estuviera para dar consejos –dice alzando la voz.
– ¿Mi madre? ¿Esto es por algo que te dijo mi madre? –pregunto.
–Si tu madre. Poco le falto para llamarme foca –insiste.
–Ya sabes cómo es ella, no sabe tener la boca cerrada.
–Perfecto, o sea que si estoy gorda pero sería mejor no decirme nada –ataca furiosa.
–Yo no he dicho eso –me defiendo sabedor de que da igual lo que diga, hoy duermo en el sofá. Aunque debería dormir en el sofá mi mamá, pero ella está en su casa ahora mismo tan a gusto.
– ¿Ah no y que has dicho entonces?
–Mira mi amor, no estas más gorda, ya te dije que estás preciosa, no hagas caso ya sabes que a mi mamá le encanta provocarte.
–Si claro ni modo que me digas tú también que estoy más gorda.

Bien, no les voy a hacer el cuento más largo, solo les diré que ella terminó dando un portazo encerrándose en nuestra habitación. Yo esperé un tiempo prudencial y después entré despacio con una flor de papel que fabrique en la cocina mientras le daba tiempo a recomponerse, ella me miro y yo mirándola a los ojos sin dudar, con la misma seguridad que el sol saldrá mañana le dije: Eres la mujer más hermosa del mundo y cuando sonrió tímida me acerque y la abrace. Ella me dijo muy despacio al oído: Entonces amor ¿estoy más gorda?...

No hay comentarios:

Publicar un comentario