Cuando me pidió que escribiera sobre el machismo pensé: es
como pedir a un ladrón que condene un robo. No me considero un hombre machista,
pero vivo en una sociedad que lo es y por tanto de forma directa o indirecta
soy responsable de esta situación, yo y todos los demás por supuesto, y también
es verdad que me beneficio de la misma, aun sin quererlo.
Por ejemplo: a lo largo de mi vida me han concedido algún
ascenso por encima de una mujer que estaba mejor cualificada que yo para el
trabajo solo por mi condición de varón, y yo acepté el ascenso. “¿Y qué otra cosa podías
hacer?” Preguntarán ustedes, pues podía no haberlo aceptado porque en el fondo
sabía que era injusto. “Eso no lo hace nadie.” Dirán ustedes. Claro que nadie
lo hace y por eso estamos como estamos. La buena noticia es que estamos mucho
mejor de lo que estábamos hace años, aunque todavía falte mucho camino por
recorrer, pero es que el machismo está tan dentro de nosotros que ni siquiera
nos damos cuenta de según qué gestos.
En mi caso por ejemplo, yo que soy de decir que la igualdad
no es que seamos iguales, sino que valemos lo mismo, merecemos lo mismo, y
tenemos los mismos derechos y responsabilidades, porque los hombres y las
mujeres no somos iguales, ellas dan la vida, nosotros, a veces, solo sabemos
complicarla, y por muchas cosas más que sería muy largo de nombrar. Esto es
importante porque como no somos iguales, no tenemos las mismas necesidades, en
lo que si somos iguales es en que tenemos el mismo derecho a que nuestras
necesidades sean atendidas y es que en un mundo regentado por hombres las cosas
están pensadas por hombres y para hombres y luego tenemos la generosidad de compartir
ese mundo creado para nosotros con ellas, y claro ellas no ven cubiertas todas
sus necesidades, empezando por las biológicas en muchos casos, hasta las
emocionales. ¿Qué pasaría si a alguien se le ocurriera plantear que las mujeres
deberían tener tres días de descanso en el trabajo cuando tuvieran la
menstruación? El hecho es que algunas lo pasan mal, con dolores muy fuertes,
muchas sufren dolores de cabeza, cólicos, malestar general, y todas tienen una
tormenta hormonal sucediendo en su interior que lo menos que sufren es una
montaña rusa emocional.
¿Alguien tiene dudas de que si los hombres tuviéramos la
menstruación estos días de descanso existirían?
Tengo la certeza de que a la persona que se le ocurriera
pedir unos días libres en el trabajo para descansar en el período que dura la
menstruación, sería tachado de loco por economistas, empresarios, incluso
sindicalistas, lo más probable es que la mayoría de los críticos con esta idea
serían hombres, pero por desgracia tengo la corazonada de que alguna mujer
también se sumaría a las críticas: inviable en lo económico, incontrolable en
la práctica, injusto, esto solo puede ser la idea de una o un loca o loco romántica o romántico sin contacto alguno con
la realidad.
También debería de existir una ley que obligara a los
hombres, cuando sus esposas no trabajen en actividades reconocidas como
productivas desde el punto de vista económico, es decir que se dediquen a
educar a nuestros hijos y administrar nuestros hogares, a entregar a ellas una
parte del salario obtenido por el hombre para su libre disposición, a esto lo
llamaríamos sueldo, ¿les suena la palabra? Es la retribución económica que recibe cualquier persona por desempeñar una tarea productiva. Porque como todo trabajo, el que hacen las mujeres debe
tener una retribución dineraria, de lo contrario estaríamos hablando de
esclavitud, ¿o no? Para terminar una pregunta: ¿A alguien se le ocurre una
tarea más importante y productiva que educar a los niños?




